martes, 3 de junio de 2008

Cisne


Aferra el cisne en su pico
silencio,
desespera en intento,
no puede gritar.

Precoz el crujir frío del viento
calzó de grilletes el lago,
preciosas cadenas de plata
amarran sus patas...
se muere.
A cada intento de alzar,
de ser cielo,
el cisne se muere,
desgarra la piel
que es ahora su ancla
y su nido de hielo
es reflejo carmín,
carmín y silencio...
desesperado en su intento
no consigue gritar.

Al inmóvil aleteo
alguien susurró una daga
esculpida en cuerpo de rosa
que le atravesó el frágil cuello.
Lágrimas de sangre y ruido
tiñen de rojo inocencia,
violada la voz
desespera en su intento,
el cisne se muere,
ya no hay qué gritar.