martes, 30 de diciembre de 2008

343


He passat per casa teva
per si em trobava,
des que vaig caure de la teva butxaca
aquell dia a les roques
que no se on soc.
Com de costum no hi era,
el teu alè encara és massa fort
per ni tan sols aconseguir endevinar
quin batec em pertany.
Assegut a sobre la perla,
esperant una onada que em portés
vora els teus peus,
descobrir la escalfor d´esborrades petjades
marcant-me el camí.
Amb cada cara una sospita
i amb cada cara una altre decepció,
el carrer s´omplí de decepcions
aquesta vesprada.
Encomanat de tu,
tractant de sortir
d´allà on em van treure.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Aleg(o)ría


Devoré a mordiscos las nubes, aniquilando todo posible camino. ¿Qué hacer? ¿A dónde ir?
Hubo un tiempo en que era, ahora ya ni soy. ¿Odiar? Innecesario ¿Perdonar? Para qué cuando la suma sigue resultando cero.
El duendecillo verde llegó cuando las malas hierbas habían sido cortadas, arrancó de cuajo una de las flores más hermosas del jardín y subió a lo alto del campanario, dejándola caer. Y en su descenso aquella bomba prendió fuego a todo cuanto allí había plantado. El desierto no es arena y sol y sed y sudor... El desierto es una lengua enorme y sucia que lame la palma de tu mano, borrando cualquier huella de tactos pasados.
Hoy la lluvia dibujó en el lodo limpieza, pequeños espejos que seguirán igual que hace un momento cuando los dejé. Pareciera que el tiempo no quisiera pisarlos y convertirlos en mar. No había nubes en ninguna de sus caras, me las comí todas.
El camino desaparece lentamente ante la frase de los martes.