Apenas si evoco haber estado
entre la ausencia, plantada
en el quebrado tiesto que olvidé
bajo la abierta ventana
y las telas secándose al sol
que el viento disfraza de inquietos fantasmas.
Y todo el momento es tan fútil
que apenas vale el esfuerzo
de tratar de anclarlo a fecha
y alumbrarlo al candil del recuerdo.
No habré entonces de creer más allá
de lo meramente escrito
ni alcanzar el afán
que el tedio en mi extrañeza
se jacta de haber conseguido.
Pues ya todo es sin poder haber sido,
el verbo, la tez, la palabra…
porque todo fue
a la luz que ensombrece el cobijo.

