lunes, 7 de abril de 2008

Salto






















Que la fe mueve montañas
y las mías siguen eternamente quietas
pisando los pies a mi sombra
cada vez que intento saltar.

Demasiada distancia
para poder brindar con todo aquello que perdemos
cada vez que lanzamos un deseo
adornando el piso esperando su regreso.

El mar aspira profundo,
hincha sus carrillos
y sopla horizontes
enfriandonos la cena.

Y es que nada es lo que parece
cuando no hay perfume ocultando verdades
más allá de esto en que quedamos.

Nada qué decir pues
cuando todo aparece dibujado
en marionetas sobre blanco y negro.


2 comentarios:

Raquel Graciela Fernández dijo...

Nada que decir...y sin embargo el poema dice tanto. Me gustó mucho, Canido, como todo lo tuyo.
Un abrazo!

www.delasvoces.blogspot.com.ar dijo...

No cabe duda .Es la distancia no?Hermosa,de verdad es hermosa.Coincido ....pesimista,tampoco soy.Aunque su tìtulo "Salto",sin embargo parece decirnos todo lo contrario.
Voy a citar esas palabras ,como lo hice en otras oportunidades.Como suele ser mi comentario.

"Demasiada distancia para poder brindar con todo aquello que perdemos.
Cada vez que lanzamos un deseo adornando el piso esperando su regreso"
"El mar aspira profundo hincha sus carrillos y sopla horizontes enfriandonos la cena"

Es perfecta, sin màs.